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Diego Arribas - foto de obra artística

Obra artística

Escultura

Diego Arribas – Obra artística



Yin Yan

  • Bronce
  • 40 x 30 x 30 cm
  • 2021

Escultura fundida en bronce formada por dos piezas que encajan entre sí. Tal como indica el taoísmo cuando desarrolla el concepto del yin y del yang, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. La escultura representa a esas dos fuerzas opuestas y complementarias, pero estrechamente interconectadas entre sí.




Trofeo Asociación de la Prensa de Madrid

  • Plomo (Pieza única)
  • 30 x 7 x 4 cm
  • 2013

Trofeo creado por encargo para el Premio Ibercrea, concedido en la Asociación de la Prensa de Madrid al periodista Robert Levine por la defensa del respeto a la propiedad intelectual. La obra reproduce un tipo móvil de 30 cm de alto, fundido en plomo al igual que los auténticos tipos móviles tipográficos, con un código QR en la cara frontal bajo el cran. Es una obra que combina el pasado, con la imprenta como origen del desarrollo del derecho de autor; el presente, con el logo de Ibercrea en lugar de una fuente convencional; y el futuro, con un código QR que lo sitúa en el entorno digital.




Cada paso que das

  • Pizarra y esmalte sintético
  • 4 x 10 x 25 cm. cada pieza
  • 2010

Obra formada por 15 planchones de pizarra alineados marcados con líneas de esmalte rojo en la parte superior. El conjunto constituye un camino, el camino vital de cada uno de nosotros. Las líneas simbolizan las opciones que van surgiendo, las que elegimos, las que descartamos, opciones que van disminuyendo a medida que avanzamos y vamos dejando atrás vivencias y experiencias. La obra formó parte del Jardín de Esculturas de la Galería Edurne en El Escorial (Madrid).




Esperar, esperar

  • Cristal y agua tintada
  • 80 x 60 x 60 cm
  • 1996

Siempre me ha fascinado el vidrio como material escultórico. Sus características chocan con las propiedades de los materiales tradicionales como la piedra, el bronce, el hierro o la madera. Frente a la solidez y la rigidez de estos materiales imperturbables, la transparencia y la fragilidad del vidrio constituyen una puerta abierta a la incertidumbre, a lo inesperado, a un camino sin una meta predecible. Es decir, a la vida. Y mientras transitamos por ella, condicionados por el equilibrio y la estabilidad, hay una parte de nosotros que espera. Espera encontrar un espacio de absoluta libertad. Es decir, el arte.




Espejar, espejar

  • Madera y espejos
  • 330 x 150 x 130 cm
  • 1997

A los ojos de un escultor, el medio rural guarda muchos elementos susceptibles de convertirse en escultura. Es el caso de los viejos comederos de madera para el ganado. Recogí tres de ellos y los llevé a mi taller, los limpié y cambié su disposición horizontal por la vertical. Incorporé unos espejos a la altura de los ojos y la obra estaba terminada. El espectador que se acerca a contemplarla se ve envuelto en un juego de reflejos y miradas que se duplican ente los barrotes de madera. Una forma distinta de ver, mirar y esperar.




Casi me mato (Homenaje a Morfeo)

  • Bronce patinado
  • 14 x 25 x 6 cm
  • 1992

El molde de cera de esta obra viajaba conmigo cuando sufrí un accidente de circulación. Me dormí, me salí de la carretera, pegué dos vueltas de campana y el coche fue declarado siniestro total, pero, afortunada e incomprensiblemente, yo no sufrí ni un rasguño. El molde se partió por la mitad, así que cuando lo llevé a la fundición pedí que no lo arreglaran y respetaran esa fractura como recuerdo. El título condensa muy bien este episodio que pudo haber sido el último de mi vida. La obra puede verse en la colección permanente del Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora (Teruel).




Ruralia

  • Hierro forjado
  • 140 x 50 x 60 cm
  • 1991

Realizada en chapa de hierro soldado y forjado, se articula en un juego de volúmenes y vacíos que asciende en vertical. La obra fue seleccionada para la Expo 92 de Sevilla por el Pabellón de la Comunidad de Madrid y posteriormente para la Bienal del Rincón de Ademuz, instalada durante los años 2001 a 2203 en el espacio público de la localidad de Vallanca (Valencia).




Siempre ella

  • Alabastro y piedra de Calatorao
  • 30 x 9 x 4 cm
  • 1992

Un homenaje a la mujer por encargo de una revista cultural. La obra se presenta con una luna tallada en alabastro, que simboliza la influencia que este astro tiene sobre nuestras emociones y estados de ánimo. Se alza majestuosamente sobre dos columnas de piedra de Calatorao, un material oscuro y pulido que aporta un contraste visual y un sentido de estabilidad, sugiriendo fortaleza y resiliencia, dos cualidades intrínsecas de la mujer que, a pesar de las adversidades, permanece siempre firme y en pie. La composición en su conjunto evoca un sentimiento de empoderamiento, mostrando, a su vez, delicadeza y sutileza en la figura de la luna, siempre presente y misteriosa.


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