Un homenaje a la mujer por encargo de una revista cultural. La obra se presenta con una luna tallada en alabastro, que simboliza la influencia que este astro tiene sobre nuestras emociones y estados de ánimo. Se alza majestuosamente sobre dos columnas de piedra de Calatorao, un material oscuro y pulido que aporta un contraste visual y un sentido de estabilidad, sugiriendo fortaleza y resiliencia, dos cualidades intrínsecas de la mujer que, a pesar de las adversidades, permanece siempre firme y en pie. La composición en su conjunto evoca un sentimiento de empoderamiento, mostrando, a su vez, delicadeza y sutileza en la figura de la luna, siempre presente y misteriosa.